¿Qué deberíamos tener en cuenta a la hora de elegir una vivienda?
Cuando buscamos un espacio para vivir en lo primero que deberíamos pensar y meditar bien es en cuáles son nuestras necesidades reales: cual es mi situación personal, qué tipo de vida quiero llevar y qué es lo que busco para lograr la felicidad.
Hay cosas comunes, universales, que todos ansiamos en un espacio y que hace que ese espacio, esa casa, se convierta en un hogar, el lugar donde una persona vive, donde siente seguridad, armonía, calma y paz.
Pero como cada persona es un mundo, con una manera de ser, y unas circunstancias personales y momentáneas, algunos darán importancia a la seguridad del entorno, otros a la privacidad e independencia, habrá a quién le entusiasme la cercanía del mar o de la Naturaleza, y quién prefiera las comodidades del centro urbano, que el lugar cerca de los seres queridos, de colegios y servicios para la familia, y estar cerca de medios de transporte públicos o del puesto de trabajo…
En cualquier caso, a la hora de tomar la decisión es importante no dejarnos llevar por los arrebatos o por las modas, y tener en cuenta a toda la familia y el futuro previsible a corto-medio plazo. Nos hemos encontrado con muchos casos de familias que dejan la ciudad para vivir en una casa en el campo pero poco tiempo después la realidad les hace ver que no ha sido una decisión acertada y con el tiempo vuelven a la ciudad, o por el contrario que pensaban que iban a estar a gusto en un pequeño apartamento en el centro y echan de menos la amplitud de una casa o chalet y el contacto con la Naturaleza.
Una vez decidida la ubicación, entorno y el tipo de vivienda hay otras características importantes a valorar; el estado de conservación (hay personas que prefieren una vivienda para reformar y adaptarla a sus gustos y necesidades mientras que otras no quieren ni oir hablar de obras) también son importantes la orientación y luminosidad, las vistas, la altura, la superficie y distribución, el que disponga de terraza, garaje y ascensor, el aislamiento acústico y térmico, la eficiencia energética…
Pero además de todo lo dicho hasta ahora, es muy importante dejarnos llevar por las sensaciones que nos produce el espacio, no dejarnos deslumbrar por unas fotos fantásticas o una decoración de revista, y para ello es imprescindible visitar el inmueble.
En un mundo cada vez mas informatizado y con muchos avances tecnológicos, visitas virtuales, gafas 3D…, que no cabe duda de que nos facilitan muchos aspectos de la vida, hay cosas que son insustituibles. La sensación que nos produce un espacio, cómo se siente nuestro cuerpo… dejarnos guiar por ello. Para esto es importante hacer una visita con calma y dejarse escuchar, no guiarse sólo por la vista, porque si en un lugar nos encontramos a gusto, la estética y distribución se puede adaptar fácilmente.
En ocasiones, en la visita de un inmueble que en principio reúne todas las características que buscamos hay algo que nos dice que no, que ese no es nuestro espacio, es algo inconsciente y deberíamos escucharlo y tenerlo en cuenta en nuestra decisión.
Los espacios tienen también su historia y su energía y las sensaciones de lo vivido en ellos quedan como una huella… pero de esto hablaremos en otro momento.